Seguramente alguna vez has escuchado hablar de alguien quien supuestamente esta enfermo porque tiene múltiples malestares, que incluso le impiden realizar sus actividades cotidiana, pero al acudir a revisión y por más que se realiza estudios, éstos siempre arrojan los mismos resultados: no hay evidencia médica que compruebe la presencia de alguna enfermedad o que explique los síntomas presentados. Pero ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué por más medicamentos y tratamientos que tome no logra restablecer su salud?

Frecuentemente, lo que sucede es que esos malestares que la medicina no logra encausar suelen tener su origen en una problemática emocional, lo cual explica porqué aunque el afectado tome medicamentos no consigue sentirse mejor. De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) estos padecimientos, en su conjunto, llevan el nombre de: Trastornos Somatomorfos y su característica común es la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica (de ahí el término somatomorfo) y que no pueden explicarse completamente por la presencia de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental.

Aunque es un término no muy conocido y hasta puede resultar de difícil pronunciación, en la actualidad son muchas las personas que acuden a consulta presentando toda una serie de síntomas que el médico no consigue explicar por la presencia de daño orgánico diagnosticándolos entonces como reacciones psicosomáticas. En este sentido la OMS (Organización Mundial de la Salud) informa que, alrededor de un 90% de las enfermedades más comunes tienen un origen psicosomático. Las enfermedades que comúnmente se ubican dentro de este tipo son:

-Síntomas dolorosos: dolor difuso, dolor en extremidades, dolor de espalda, dolor articular, dolor al orinar, cefaleas

-Aparato reproductor: dispareunia, dismenorrea, irregularidad ciclos menstruales, hipermenorrea, vómitos a lo largo del embarazo, sensaciones quemantes en los órganos sexuales

-Cardiopulmonares: dificultad respiratoria en reposo, palpitaciones, dolor torácico, mareo

-Gastrointestinales: vómitos,  dolor abdominal, náuseas,  flatulencia, hinchazón, diarrea,  intolerancias alimentarias

-Pseudoneurológicos: amnesia, dificultad al tragar, pérdida de voz, sordera, visión borrosa, desfallecimiento, debilidad muscular, pseudoconvulsiones, dificultad miccional

-Síndromes: alergias alimentarias extrañas, síndrome de fatiga crónica, síndrome de articulación temporomandibular, fibromialgia, sensibilidad medicamentosa múltiple

Es importante aclarar que lo primero que hay que hacer es descartar una real afectación orgánica cuando se tenga alguno de esos padecimientos, y si nada le ha dado resultado es cuando se dice que probablemente esté somatizando.

Gran cantidad de personas suelen reservar sus emociones o incluso ocultarlas cuando sienten que no pueden solucionar una situación, o bien, pensando en que pueden sobrellevarla solos, toman la decisión de callar lo que sienten; esto mucha veces tiene  como consecuencia la manifestación de síntomas como los anteriormente descritos. La buena noticia es que la terapia psicológica ha resultado ser una excelente alternativa de tratamiento ante este tipo de afecciones, pues siguiendo la filosofía de Esquilo “Las palabras son una medicina para el alma que sufre”. 

Sí tú o alguien que conoces considera encontrarse en esta situación, no dudes en solicitar atención psicológica…en el CIC podemos orientarte. ¡Nunca será demasiado tarde para querer ser y estar mejor!

Departamento de Psicología

Encuentra más información y recomendaciones útiles en nuestra tarjeta de Reacciones Psicosomáticas

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