Durante los últimos años se han hecho esfuerzos porque el término “Cultura de la Legalidad” llegue a oídos de todos, muchas personas relacionan automáticamente “legalidad” con cuestiones propias de los abogados, de las leyes y por ende pueden concluir pensando  que el tema no  les compete. Pero la realidad es diferente, la Cultura de la Legalidad nos viene a comprobar que ésta nos es afín a todos, es un concepto positivo y trascendental que debemos conocer y adoptar ya que se relaciona con nuestro modo de interactuar con los demás y dentro de la sociedad en que vivimos. Así, la Cultura de la Legalidad podría definirse como:

 

Creencia compartida de que cada persona tiene la responsabilidad individual de ayudar a construir y mantener una sociedad de Estado de derecho (aquel en que todos los miembros de la sociedad están gobernados por leyes establecidas en forma democrática, que protegen los derechos individuales y que se aplican uniformemente)

Expresado en otras palabras, simplemente Cultura de la Legalidad es aquella que nos recuerda que todos como personas debemos de contribuir en el bienestar y progreso de nuestro medio social. Así, dicho término tiene que ver más bien en cómo mis pensamientos, valores, conocimientos y hasta mis costumbres influyen en las acciones que realizo dentro de cualquier medio en que me relacione, sea social, laboral, familiar, con mi pareja etc.

Y es que desgraciadamente se ha hecho tan común lograr las cosas que queremos de manera a veces, fácil, a veces injusta e incluso otras veces a costo de lo que sea; sin embargo la verdad es que a nadie nos gusta esto cuando nos encontramos en el lado de la desventaja, en el lado que se ve afectado por las acciones ilegales e injustas de otros, por ejemplo, si llevas 20 minutos dentro de tu banco formado en la inmensa fila ansiando llegue tu turno y de repente llega otra persona y sin la menor preocupación se va a la ventanilla que está desocupada, anulando así los derechos de todos los que esperan ¿No te parece injusto esto? ¿Qué harías? Tal vez nada, tal vez señales el hecho a alguno de los encargados, tal vez hables con la persona y de manera asertiva logras decirle que espere su turno, tal vez mejor elijas otro momento para realizar tu trámite.  La situación es la misma ante los ojos de todos los presentes, pero repentinamente surge  alguien que se atreve a denunciar, reprobar o descalificar el hecho buscando ser escuchado y que las cosas se hagan respetando el turno de cada uno. Eso es Cultura de la Legalidad, es ver no sólo por mi bien y por mis propios intereses, sino por lo que es bueno para todos los que me rodean porque al final de cuentas lo será para mí también.

Es fácil confundirnos porque a veces hay cosas que pueden ser realmente buenas e incluso excelentes, pero en realidad no son correctas o adecuadas. Por ejemplo, es muy bueno para mí encontrarme un billete tirado en algún lugar, pero tal vez no es correcto quedármelo si de repente noto que ahí mismo está una persona buscándolo de manera desesperada mencionando que se le cayó. La decisión que tome será la que más se apega a mi forma de pensar, pero siempre antes de hacer una elección, me imagino del otro lado, jugando el otro rol.

Para que juntos protejamos y mejoremos nuestro entorno social, es necesario que empecemos a analizar las cosas que hacemos, incluso aquellas que llevamos a cabo sin intención consciente de sacar ventaja ante otros, y reconocer que quizás mucho de lo que hacemos no es lo más adecuado dado que no contribuye a proteger realmente ese Estado de derecho del que hablábamos.

Empieza hoy, empieza compartiendo este mensaje con los demás, súmate a los que queremos hacer las cosas diferentes, hacer las cosas mejor, somos muchos y queremos hacerlo bien!

¡Juntos hagámoslo bien !

Más información:

¡El CIC quiere hacerlo bien!

Monterrey muy bien

Departamento de Psicología

Fuente base: Cultura de la Legalidad, México Unido Contra la Delincuencia A.C

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