Seguramente en alguna ocasión has escuchado sobre alguien cercano que experimentó algún delito, o incluso tú mismo quizás fuiste la desafortunada víctima, pero ¿Qué hiciste al respecto? o ¿Qué te imaginas que hizo esa persona?
Desde siempre la prevención del delito ha sido una labor encomendada y dirigida por las instituciones encargadas de velar por la seguridad integral de los ciudadanos; por lo cual, el ciudadano comúnmente se ha mantenido, ya sea por exclusión o por apatía, al margen de esta labor, casi siempre renuente y apartado de las acciones tendientes a prevenir las conductas delictivas que flagelan a nuestra sociedad.
Los delitos pueden cometerse a pequeña o a gran escala, pueden ser desde robos menores con o sin el uso de violencia, hasta actos delictivos que dejan a la suerte la vida de una o de varias personas. Las razones más comunes para negarse a interponer una denuncia son : “Para qué denuncio si cómo sea no se logrará nada” o “Todos son de los mismos”, “No denunciaré, es una pérdida de tiempo y sólo me robaron algo pequeño”, “Prefiero no denunciar, que tal que vienen a vengarse de mí” . Queremos aclarar que es válido sentir ese miedo y es común sentir esa desconfianza al pretender denunciar, sin embargo hay que considerar que gran parte de las conductas delictivas tradicionales que se desarrollan en nuestra comunidad, no dependen tanto de la habilidad del delincuente quien sólo funge como un ente oportunista, sino que también se deben a la falta de previsión y pericia tanto de quienes se encargarían de brindar la seguridad a la ciudadanía como a nosotros mismos como ciudadanos, al no auxiliar debidamente a los órganos encargados, al no prevenir ni denunciar el delito sin caer en cuenta de que, victimológicamente, nosotros somos quienes nos volvimos facilitadores de nuestra propia victimización, pero ¿Qué podemos hacer para cambiarlo?
En este contexto lo primero y más importante que hay que intentar es desprendernos de esos terribles prejuicios que nos inhabilitan como contribuyentes de esa misma seguridad que tanto añoramos y que, consecuentemente, hacen aparentemente inalcanzable obtener en orden legal esa justicia deseada. Debemos de comprometernos con nosotros mismos y con nuestra sociedad para evitar que los actos delictivos continúen multiplicándose, incluso cuando no hemos sido los principales afectados es prioridad realizar lo adecuado, para ello la aportación más valiosa es que nos decidamos a interponer la denuncia correspondiente colaborando así con las autoridades competentes.
El Centro de Integración Ciudadana te apoya ante esa necesidad, por lo que para abordar y disminuir el miedo a denunciar y la desconfianza en las autoridades, te asesora en todo lo relacionado al delito cometido, valorando los hechos constitutivos del mismo brindándote un panorama de las alternativas con las que cuentas para encontrar la solución y, lo más importante, te ofrece acompañamiento jurídico durante todo el proceso que comprende la denuncia para lograr así su exitosa resolución. Vale la pena mencionar que, inclinados hacia una sanación completa y efectiva del daño, ponemos a tu disposición nuestro servicio de atención integral, así que si lo consideras necesario puedes recibir asesoría psicológica con la intención de ayudarte a restablecer el equilibrio emocional que normalmente sufre desajustes luego de un evento crítico e inesperado como lo son los delitos.
Ahora tienes una idea más sobre cómo puedes contribuir, denunciar un delito no tiene que ser así de aterrador como lo cuentan, olvidémonos de todos esos mitos y seamos juntos parte de la solución sumando fuerzas para prevenir el delito y formar parte del cambio que todos queremos para Nuevo León y México.
Departamento Legal CIC
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