Suicidio es el acto de terminar con la propia vida de manera planificada y casi siempre consciente de su letal efecto; es un fenómeno complejo que está vinculado a elementos tanto individuales como a aspectos relacionados a la sociedad y al medio ambiente.

Los suicidios se presentan en cualquier estrato social y según estudios se ha observado un incremento de éstos en personas que no encontraron una forma adecuada para manejar una difícil situación económica, o en donde la  deficiencia de los servicios públicos es evidente persistiendo además un alto índice de violencia intrafamiliar y la existencia de pandillas cerca de su comunidad. De acuerdo a la OMS, en todos los países del mundo el suicidio es la tercera causa de muerte, además agrega que por lo general el 90% de los suicidas padecen un trastorno psicológico diagnosticable(por ejemplo: trastornos de ansiedad,  estrés, trastornos afectivos como depresión, y otros más graves como esquizofrenia y trastorno límite de la personalidad) que si se identifican a tiempo los signos y síntomas de quien está en crisis podemos ayudarle y quizás evitar que suceda esta situación.

Si bien es cierto que el acto suicida es una decisión de quien lo comete y el resto no somos culpables o responsables de ello, estudios realizados han encontrado que la personalidad es un importante factor que vuelve vulnerables a las personas.   En este sentido, las mujeres que cometen suicidio, a diferencia de los hombres, tienden a tener baja autoestima, son más inseguras e impulsivas y suelen ser muy influenciables, mientras que los hombres lo hacen por sentir que fracasaron en su proyecto de vida, tienen mayor inmadurez  y son menos tolerantes a las situaciones que les pasan. De acuerdo a estas características podemos ver cómo nuestras creencias a veces pueden tener repercusiones negativas, como ejemplo podemos pensar en los roles sociales, en cómo de manera tradicional en nuestra sociedad se les ha exigido mayor éxito laboral a los hombres, de quienes por costumbre se espera que sean económicamente más productivos y lleven el sustento a los hogares, dejando en ellos una mayor presión relacionada a los proyectos y metas de vida; en tanto, de manera directamente correlacionada, a las mujeres se les ubica como amas de casa o si labora en otra actividad, comúnmente no aspira o no siempre se le da la oportunidad de ocupar altos puestos asignados mayormente a varones, lo cual como consecuencia pudiera crear inseguridad y baja autoestima en ellas.

Esto es importante porque representa un área de oportunidades a nivel sociocultural en donde todos podemos mejorar, ya sea promoviendo y practicando con tus hijos desde que son pequeños valores como respeto, honestidad, paciencia, aceptación, autoestima, dignidad, entre muchos otros para fortalecer su personalidad y que al crecer tengan mejores recursos emocionales para que no aparezca la autoagresión como una forma de enfrentar situaciones embarazosas, que sepan cómo manejar el comportamiento impulsivo conociendo los límites de posibilidad e imposibilidad y que aprendan así a sobrellevar las situaciones complicadas que en algún momento todos pasaremos.

Aunque todos podemos ayudar, siempre será imprescindible recurrir con un psicólogo para que la persona en crisis reciba la ayuda profesional que necesita; hay que tomar en cuenta que regularmente son sus familiares y amigos quienes, por ser sus más allegados, podrían percatarse de la situación y brindarle así los denominados “primeros auxilios psicológicos” mientras reciben la debida asistencia de un profesional de la salud, por eso es importante qué conozcas muy bien esta información la cual consta de las siguientes cinco etapas:

 

1ª. Establecimiento del contacto

Escúchale atentamente, refleja sentimientos, acepta y cree sus razones cuidando no juzgarlo; hablarle de lo hermosa que es la vida y de las múltiples bondades que le ofrece aumentará la sensación de incomprensión por parte de la persona en crisis ya que ésta, en esos momentos, tiene una percepción absolutamente diferente de la vida. Por ello es mejor que elijas frases cortas como: “me imagino”, “entiendo”, “es lógico”, “no es para menos”, “te comprendo”; éstas son útiles pues demuestran empatía, lo cual favorece a que la persona confíe en ti y te cuente qué le está sucediendo. Un mito común es pensar que quien desea suicidarse no lo dice o que quien lo dice no lo hace, esto es totalmente falso, no le restes importancia o ignores sus sentimientos además evita contarle tu historia o decirle cómo resolverías tú esas situaciones.

2ª.Conocer la dimensión del problema

No temas hacerle preguntas abiertas, éstas son indispensables porque permiten conocer cómo piensa y facilitan la expresión de sus sentimientos. Explora bien la presencia de pensamientos suicidas, pregunta directamente: ¿Has pensado en (o has intentado) quitarte la vida? ¿Por qué? Poder hablarlo libremente por lo  general provoca un alivio en la persona. Lo que no debes hacer son preguntas que sean respondidas con monosílabos (sí o no) o evaluar la gravedad de la situación que vive la persona a través de tus propias experiencias, pues éstas no son válidas para otros.

3ª. Posibles soluciones

Ayúdale a asignar prioridades de solución a sus problemas, analicen los posibles obstáculos y generen diversas soluciones desaprobando el acto suicida como forma de afrontar situaciones problemáticas. Pon mucha atención a las posibles soluciones que plantea, asegúrate de que le quede claro que hay que tener paciencia para esperar resultados, hazle ver que el suicidio es una medida definitiva a problemas que usualmente son temporales y que tienen diversas vías de solución. Lo que no debes hacer es permitir que la persona continúe sin ensanchar su visión en túnel que es la que únicamente le deja ver la opción suicida, tampoco deben dejar de explorarse los obstáculos de manera realista para evitar nuevos fracasos y que se agrave la crisis.

4ª. Acción concreta

Toma una medida a tiempo (involucrar a otros familiares, acercar a las fuentes de salud mental, imponer tratamiento, realizar hospitalización, etc.) Debes ser directivo y confrontar cuando la situación lo requiera. Haz un pacto con la persona donde pueda prometer que no se suicidará, aunque esto no garantizará que conserve la vida si le ayudas previamente a generar soluciones, como lo especifica la 3ª.etapa, tal vez dejará de ver el suicidio como una alternativa. Nunca debe dejarse sola a una persona en crisis suicida. Evita ser tímido, indeciso o no tomar una decisión a tiempo, si tienes que irte asegúrate de que alguien pueda hacerle compañía.

5ª. Seguimiento

Realiza un recontacto y evalúa los progresos o retrocesos de la persona para con esto saber si ya no está en riesgo o si requiere mayor observación. Lo que no se debes hacer es dejar la evaluación a otra persona que desconozca del caso y le sea imposible establecer una comparación con su estado inicial, tampoco intentes ser tú su única ayuda, recuerda lo indispensable que es la 4ª etapa (involucrar a la familia y profesionales en salud mental).

 Este sencillo recurso puede ser utilizado por cualquier persona, siempre y cuando evite hacer lo que no se debe hacer o decir.

Ningún acto suicida es impulsivo, muchas personas que han cometido suicidio lo han hecho con la intención de agredir a otros con quienes están molestos, si este fuera el caso hay que invitar a la persona a reflexionar sobre las ventajas que la agresividad tiene en determinadas situaciones, como por ejemplo, los deportistas de disciplinas de combate, kárate, etc., pero no tiene ventaja en otras, como lo son las relaciones familiares. Si se trata de una tentativa de suicidio por miedo, hay que analizar que esta emoción es normal ante situaciones específicas, hacerle ver que lo experimentamos todos alguna vez, pero que también es una emoción muy personal que puede abordarse de otras formas donde definitivamente el suicidio no es una vía válida de solución. En otras ocasiones la ideación suicida sucede por vergüenza, la persona a través del suicidio intenta acabar con burlas o rechazos de otros, en este caso hay que hacerle ver justo eso, que quiere acabar con algo específico de su vida que no le gusta o algo que le provoca problema, no con su vida en sí, para lo cual es necesario que se evalúen los recursos emocionales con los que cuenta (por ejemplo: que si es una persona tolerante, comprometida, capaz de pedir ayuda, etc.) y que le ayudarán a ver mejores soluciones a su situación.

Si el intento suicida se realiza para morir, no es aconsejable reflexionar acerca de las supuestas bondades y ventajas que nos depara la vida, porque  precisamente es eso lo que la persona no percibe. Este significado – el de morir– es el que representa mayor peligro para la vida de la persona en crisis, por lo cual trata de que sea evaluado de inmediato por un especialista en Psiquiatría.

Con toda esta información entendemos que el suicidio representa un problema en el que todos podemos contribuir para intentar dar solución, intenta siempre estar atento y dispuesto a ayudar a los demás y ponte en contacto con nuestros psicólogos si requieres más información o asesoría psicológica.

 

Departamento Psicología CIC

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Fuente base:  El suicidio en Nuevo León:Rutas, Teorías y Diagnóstico Integral (estudio longitudinal 2004-2010)

Más información:

¿Qué es el síndrome presuicida?

Libro: El suicidio en Nuevo León: Perfil y estudio psicosocial

¿Cómo evitar el suicidio en adolescentes?

Libro: ¿Qué podemos hacer para evitar el suicidio? por Luz de Lourdes Eguiluz, Editorial Pax México

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